Es por eso que ya tras el Gran Premio de China, Helmut Marko habló con el campeón alemán para que tratase de elevar su nivel cuanto antes para no perder terreno ni con su compañero ni con sus rivales más inmediatos. Unas palabras que parecen dar sus frutos tras siete carreras disputadas.
"Le dije: Hay cincuenta ingenieros que trabajan en el motor, y no pueden hacer milagros. Eres un piloto top, depende de ti (recuperarte) y has de hacerlo. Sebastian es un cuatro veces Campeón del Mundo: si no puede configurar el coche a su estilo, lo más fácil es que se adapte él al coche. Ha de elevar su nivel", dijo Marko por aquellas fechas.
El austríaco confesó que Sebastian no está contento con la nueva normativa de los motores turbo y el efecto que tiene en el monoplaza junto con los cambios normativos en cuanto a la aerodinámica que ya no le permiten tener el coche donde realmente quiere.
"Sebastian se quejaba de tener un coche tan malo. Lo quiere absolutamente todo en su sitio. Su principal problema era al bajar de marcha, lo cual desestabilizaba la parte trasera del coche y no podía entender que no pudiésemos resolverlo", comentó. "Además, cree que la dirección que sigue la Fórmula 1 no es la correcta ya que los coches deberían ser ‘monstruos’ y no relativamente fáciles de conducir. Con todos estos problemas, tal vez no estaba tan comprometido como debería haberlo estado, pero eso ha cambiado y desde Barcelona su enfoque cambió".
Por último, destacó que tanto Vettel como el equipo no esperaban encontrarse con un rendimiento tan bueno por parte de Daniel Ricciardo en su primer año con Red Bull, especialmente tras los problemas del equipo en pretemporada.
"Vettel se sorprendió un poco, como todos, con Ricciardo tras su llegada desde Toro Rosso. No olvidemos que ‘no hicimos test’. Tuvimos algunos outings -una o dos vueltas era un buen día- pero ninguno pudo ver su potencial", concluyó.
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